Hassan Mizher cumplió 18 años un mes antes de ser arrestado por las fuerzas de ocupación israelíes el 7 de abril de 2018. Desde entonces, Hassan está detenido en la prisión de Ofer a la espera de juicio. El principal cargo que se le imputa es el lanzamiento de piedras.
Desde su nacimiento, Hassan sufre una condición médica seria que principalmente afecta a su hígado y a sus riñones, por lo que no puede absorber proteínas. Por ello, llevo una dieta estrictamente vegetariana que no incluye ningún tipo de proteínas. Además, constantemente necesita diferentes suplementos y medicinas tales como Flagyl, Carnitine y B12.
Desde su arresto, según nos cuenta el padre de Hassan, no le han dado medicación y no ha tenido acceso a una estricta dieta vegetariana. Su condición de salud empeoraba cada día y ayer, 28 de mayo de 2018, fue trasladado desde la clínica de Ofer al hospital de Shaare Zedek tras estar cuatro días vomitando y ahora ha caído en coma.
Actualmente, los padres de Hassan están con él en el hospital y los médicos les han dicho que su estado en grave. El padre de Hassan contó al investigador de Addameer que “las fuerzas de ocupación israelíes son totalmente responsables del estado actual de salud de Hassan. Mi hijo debería haber sido trasladado al hospital cuando empezó a vomitar. La causa de que esté en coma es que mientras estaba detenido no tuvo asistencia médica”.
El artículo 76 de la Cuarta Convención de Ginebra estipula que los presos y detenidos tienen que disfrutar de un régimen alimenticio e higiénico suficiente para preservar un buen estado de salud, que debería ser “por lo menos igual al de las prisiones del estado ocupado”. En referencia a la atención médica y a las visitas, los artículos 91 y 92 de la Cuarta Convención de Ginebra señalan que todos los lugares de encarcelamiento deberán tener una enfermería adecuada, dirigida por un doctor cualificado, en donde los detenidos tengan la atención médica que necesitan, además de chequeos mensuales para supervisar su estado general de salud y nutrición y para detectar enfermedades contagiosas.
El Servicio de Prisiones Israelíes (IPS, por sus siglas en inglés) ha adoptado una política deliberada de negligencia médica contra los presos y detenidos. Las organizaciones de los derechos humanos estiman que, desde el comienzo de la ocupación, alrededor de 75 presos han muerto como consecuencia de negligencias médicas. Addameer llama a los estados parte para que exijan de manera inmediata a las fuerzas de ocupación israelíes que cumplan con el derecho internacional humanitario y que trabajen para obligar a Israel a asumir su responsabilidad por los crímenes cometidos.
El sufrimiento del pueblo palestino merece una respuesta internacional.