Arrestado mientras estaba solo
Decenas de soldados israelíes allanaron la casa de Salah Hammouri en Kufr Aqab el 23 de agosto de 2017. En ese momento Salah estaba solo, ya que su mujer embarazada fue deportada a Francia hace tres años. Las fuerzas de ocupación israelíes le llevaron directamente al centro de interrogación Moskobiyyeh sin permitir que informara a su familia de que había sido arrestado. El vecino de Salah contactó con su familia, y esta a su vez informó a Elsa, su mujer.
Arrestos continuos
Salah es palestino-francés. Sin embargo, su nacionalidad francesa no ha impedido a las fuerzas de la ocupación arrestarlo y perseguirlo en repetidas ocasiones. La primera vez que fue arrestado tenía 16; fue en 2001 y estuvo en prisión cinco meses.
Después, en 2004, cuando tenía 20 años estuvo bajo detención administrativa cinco meses. En 2005 fue arrestado por tercera vez y estuvo en prisión siete años. El consulado francés intervino en esta ocasión e intentó llegar a un acuerdo para poner en libertad a Salah. Tras las negociaciones, le ofrecieron el siguiente trato: sería puesto en libertad de manera inmediata si se marchaba a Francia por un período de diez años, pudiendo volver a Jerusalén pasado ese tiempo. Salah no aceptó el trato porque se negó a ser tratado de manera distinta al resto de palestinos. Así, fue sentenciado a siete años de prisión. Fue puesto en libertad tres meses antes de cumplir el total de su condena como parte del acuerdo de intercambio de presos en 2011. Esto fue una estrategia de las autoridades de la ocupación, que eligieron liberar a prisioneros que casi habían cumplido su pena completa.
Persecución constante a Salah y a su familia
Desde 2011, las fuerzas de ocupación no han dejado a Salah en paz. Tras empezar la universidad, continuaron persiguiéndole. Salah se graduó de derecho y después cursó un master en derechos humanos. En esta época conoció a Elsa, una mujer francesa que se quedó a vivir con él en Palestina.
Elsa es deportada a Francia
Persiguieron a Salah incluso después de casarse; la ocupación continuó poniendo barreras en su vida. A Elsa le dieron una visa de tan solo 6 meses y dilataron la respuesta de la petición de la reunificación familiar que Salah presentó para que su mujer pudiera vivir en Palestina. Desde que se casaron en 2014, las fuerzas de la ocupación se han negado a renovar la visa de Elsa. Como resultado, no podía viajar y visitar a su familia por miedo a que no le dejaran volver a Palestina.
Elsa intentó sin éxito renovar su visa varias veces. Las autoridades de las fuerzas de ocupación alegaban que Salah fue puesto en libertad como resultado del intercambio de presos, por lo que estaba en una lista negra en todos los departamentos de Israel.
En 2015, Elsa consiguió una visa de un año a través de su trabajo en el consulado francés de Jerusalén. Por ello, Salah y Elsa decidieron viajar a Francia para visitar a la familia de ella antes de que diera a luz a su primer hijo. Sin embargo, el 5 de enero de 2016, cuando regresaba a Palestina, fue retenida en el aeropuerto durante horas, tras las cuales le informaron de que le denegaban la entrada y de que tenía que volver a Francia. Salah y Elsa apelaron la decisión que se decidió en una vista a la mañana siguiente. Hasta entonces, Elsa estuvo retenida en una habitación del aeropuerto sin poder contactar con su marido y su familia, sin sus pertenencias y sin asistencia médica a pesar de estar embarazada.
En la vista, el juez rechazó la apelación y Elsa fue deportada a Francia dos días después. También rechazaron la petición de reunificación familiar.
Desde entonces, Elsa no puede entrar a Palestina, impidiendo así que Salah, ella y su hijo pequeño estén juntos. Su hijo nació en Francia y, ante la imposibilidad de vivir en Palestina, Salah viajaba cada tres meses a París para ver a su familia.
La familia de Salah está esperando
Salah es un palestino francés (tiene un documento de identidad de Jerusalén) y es el mayor de sus hermanos; su padre es palestino y su madre, francesa. Salah y Elsa se casaron en 2014 y tienen un hijo de año y medio. Su mujer y su hijo viven en Francia. Tenía planeado visitarlos en agosto, pero fue arrestado antes de poder viajar.
Elsa lidera una campaña en Francia para que las autoridades francesas intervengan en la puesta en libertad de Salah. Ha participado en numerosas actividades y eventos para visibilizar el caso de Salah y exigir al gobierno que intervenga. Para Elsa, lo más difícil es explicarle la situación a su hijo:
“Desde que Salah fue arrestado, pude hablar sin problemas con políticos y figuras públicas, hasta con el presidente. Pero el único momento en el que perdí la habilidad de hablar sobre el tema fue cuando mi hijo cogió el teléfono y dijo “papá”. Cómo le digo que no puedo llamar a su padre. Cómo le explico por qué su padre no está llamándole cinco veces al día. Siempre le digo que su padre le quiere y le manda todo su amor y besos pero que ahora mismo no puede hablar. No sé cómo se siente sobre eso”.
Detención administrativa
Salah fue arrestado el 23 de agosto de 2017 y la audiencia para ampliar su detención se celebró el mismo día; la decisión fue ampliar su periodo de detención 5 días más para examinar sus dispositivos confiscados. Cabe destacar que, durante los interrogatorios, Salah se acogió a su derecho a guardar silencio. Se celebró otra audiencia el 27 de agosto de 2017, en la que la fiscalía no pudo presentar cargos contra él. Así, el juez decidió ponerlo en libertad bajo una serie de condiciones: arresto domiciliario durante 10 días en la ciudad de Reineh, cerca de Nazaret, una prohibición para entrar en Jerusalén de 90 días, prohibición de viajar durante tres meses y un pago de una fianza de 10.000 NIS. El padre de Salah fue a pagar la fianza inmediatamente después de la audiencia. Sin embargo, antes de acabar los trámites, la fiscalía expidió una orden de detención administrativa de seis meses contra Salah. En la segunda vista de confirmación de la orden celebrada el 17 de septiembre de 2017, el abogado de Salah explicó que la fiscalía utilizó la sentencia previa de Salah (más concretamente el hecho de que fue liberado en el intercambio de prisioneros) para probar que Salah constituye una amenaza. El abogado también añadió que otros métodos utilizados anteriormente por la fiscalía para neutralizar la supuesta amenaza, como la prohibición de entrar en Cisjordania, no tenían fundamento alguno. Explicó que se trataba de estrategias para controlar a Salah y dificultar sus estudios, su trabajo y su vida social.
En la prisión de Al-Naqab
El arresto de Salah le impide acabar sus estudios para tener el certificado y ejercer como abogado, ya que iba a realizar el examen en septiembre, así como acabar su segundo grado en derecho. Y lo que es más importante, su arresto le impide pasar tiempo con su familia y su hijo, lo más preciado para él.
Actualmente Salah está en la prisión de Al-Naqab. Espera a que sus padres y hermanos le visiten. Le han prohibido ejercer la defensa de los derechos humanos, su derecho a ser un padre y esposo y a llevar una vida normal. Salah ha elegido quedarse en su país de nacimiento y vivir en Jerusalén a pesar de sufrir contantemente encarcelamientos en vez de vivir en libertad lejos de su casa, familia y amigos.